martes, 27 de noviembre de 2012

Acceso #CyberMonday

No se diga más. No podía ser de otra manera.
Desde el Lunes 2, hasta el Viernes 30 de Noviembre, Acceso #01 estuvo ABSOLUTAMENTE GRATIS, a sólo un tweet o un post de Facebook de distancia.


UPDATE: La promo ya acabó, mil gracias a todos los que conocieron o releyeron al Superhéroe del Ciberespacio!

viernes, 3 de agosto de 2012

Triple Equis

Les aviso, está pasando. Mientras lees esto, la metamorfosis ya comenzó. Aunque tal vez sería mejor decir que terminó, dadas las circunstancias. Me siento diferente. Más activo. Lamentablemente aún sin superpoderes, pero hey, más sabio -si se puede decir- más experimentado, más persona.

Está pasando.
Tengo treinta años.

Recuerdo que mi crisis de vejez llegó como a los 27. En un afán hollywoodesco, desperté una mañana y quería mantenerme en esa edad por siempre: mi mente jamás había superado la adolescencia, y veía los 28 como un plomo, un peso muerto que solo te arrastraría en las olas del tiempo hasta hundirte en el mar de los deberes, de los adultos, donde todo ya no brilla y la vida deja de encantar y se vuelve tarea. Pensamiento pendejo y algo ahueonado, tienen toda la razón. La vida te pasa mientras estás temiendo otras cosas, y si te preocupas demasiado, te quedaste ahí. Estancado. 


Mi teoría es que los cumpleaños no son más que una fecha para festejar, comer torta y abrir regalos. Cuando realmente creces es un mes o dos antes o después de ese día, una vez digieres lo que tienes, y descubres en alguna acción involuntaria (un favor que antes no hacías, una chaqueta más gruesa al salir, un no que antes hubiese sido fijo un sí) que estás madurando. O siendo mejor, actualizado. Me ha pasado por años. Por eso ahora estoy seguro de que ya tengo treinta, y que está pasando.

Lanzo estas líneas porque el primer cambio que quiero hacer -aunque sea por esta vez- es escribirles yo a ustedes. He recibido tantos regalos en mi vida -tipo afortunado, además- tanto compañerismo, energía y afecto de su parte que -de alguna forma- siento que no soy yo el que debería ser celebrado, sino al revés.


Están los que me leen. Los que me odiaron. Los que me quieren. Esos que me tienen cariño por una estupidez que hice cuando era cabro y los poquísimos que lo hacen por mi pega y por como veo al mundo. Para todos los que me apoyan, aunque ya no me hablen. Para los que me hablan y no me apoyan. Para la gente de mi pasado, mi familia, mi amor. A todos ustedes los cargo en mis recuerdos con orgullo y la gran parte de mis personajes, creaciones e ideas, viene directamente de su inspiración constante. 

Los que me conocen bien -o tal vez sea mejor decir que en el momento justo- saben que no sólo soy naturalmente mamón, sino además emocional, sentimentaloide y con algunas vetas al cursismo que a veces se me escapan.  Pero no por eso lo que les digo y agradezco es menos cierto. He vivido, en estas tres décadas, tantas aventuras como para hacerme un cómic de mi mismo -les digo, sólo estoy esperando por los poderes- y los superhéroes que me acompañaron en cada una de esas historias son mis mayores tesoros. Mi pasaje, mi colegio, el DUOC, la historieta, la Fundación. Cuánto me han dejado, cabros, chicas. Cuanto les agradezco a todos toparse en mi camino y dirigir, de alguna forma u otra, esta metamorfosis.


Cumplí treinta y me gusta el tipo que veo en el espejo. No la ha tenido tan fácil, pero si agradecida, sin ningún arrepentimiento y con una compañía espectacular. Gracias miles por envolverme esta vida en papel de regalo. 

Está pasando. Tengo treinta. Triple Equis.
Feliz cumpleaños para todos.

Sebas

viernes, 1 de junio de 2012

Ésta es tu vida, Alan Scott

Díganme iluso, pero muchas veces siento que en el mundo del cómic vamos avanzando.
En esta nueva Era del noveno arte, ya bastante lejos de la Dorada, Plateada, Oscura y otras fases menos exitosas, el tema actual parece ser la adaptación Digital. Leemos en tablets, descargamos historietas a los computadores y aunque parte siendo un paso incómodo, se ve que marchamos -al parecer- hacia adelante. Pero mientras seguimos innovando en materias tecnológicas y creando nuevas redes de distribución en televisores y celulares, donde estamos cayendo en picada es en la calidad y sentido de las historias, sirviendo más que nunca al servicio de la polémica y el marketing fácil. 

Polémica inventada: Green Lantern es ahora gay.

Alan Scott, el primer Linterna Verde, ha sido el último en caer. Ustedes ya lo saben mejor que yo, todos los diarios y algunas radios comentaban hoy la confirmación por parte de DC de que la nueva versión de Alan Scott -un jovencillo de la recién inaugurada Tierra 2- sería homosexual. Y lo que pasó después disparó todos los bullshitómetros del mundo: amargados homofóbicos se sintieron ofendidos; madres se mostraron preocupadas por su hijos y las escenas "terribles" que verían dibujadas y una decena de chilenos se enfrascó en un par de twitteos alusivos al tema que, afortunadamente, nos dejaban a todos en el mismo bloque: "Ok, Alan Scott es gay. ¿Y ahora qué?".

Aún peor, la confusión se provocó en los medios nacionales porque algunos pusieron imágenes de Hal Jordan (el prototipo de vaquero Marlboro de los cómics y segundo personaje en tener el título de Linterna Verde) o incluso del actor que lo representó en la triste película, Ryan Reynolds, desatando un sin número de comentarios bizarros acerca de la homesexualidad no solo en Green Lantern, sino en los superhéroes en general.

La primera Aparición

¿Pero quién fue realmente Alan Scott, antes de ser transformado por el marketing? 

Creado en 1940 por el artista Martin Nodell, era un superhéroe como tantos otros de la Golden Age pero con un sabor místico: Scott había obtenido los poderes de una lampara mágica -oh sí- igual que Aladino. Hasta el nombre original del personaje -"Alan Ladd"- era un homenaje a las mil y una noches, pero al final el mismo Nodell tuvo que dar su brazo a torcer porque un actor que por esas coincidencias se llamaba igual amenazó con demandarlo.

Como sea, la idea detrás del Linterna era tan simple como hermosa: Nodell se fijó como en los trenes de la época la linterna roja detenía a la gente, en cambio, la señal verde te hacía avanzar. No bastó mucho más para que estuviera diseñando bocetos del personaje y habría de unirse al mismísimo Bill Finger (el talentoso padre no reconocido de Batman, además de Bob Kane), para escribir historias mágicas de un personaje que de a poco comenzaba a ganar sus primeros lectores, debutando en All-American Comics #16. La explosiva mezcla entre magia, mística y misterio, le dio a Scott un carisma especial. La lámpara de Aladino pasó a ser una linterna y como en el cuento original, había un segundo genio dentro dentro de un anillo, lo que Finger y Nodell aprovecharon para rellenar la historia. Estaba todo dicho: sería el arma que podría crear, como deseos, cualquier cosa que su poseedor quisiera, pero sin Jinns incluidos. Su única y gran debilidad, ha sido objeto de burlas de los fanáticos por décadas: la madera, aunque ni a los autores ni al personaje pareció importarle.

Scott, por Alex Ross

Alan Scott trabajaba como ingeniero en las vías ferroviarias, cuando por suerte o calamidad, su destino se vio tocado por una mística llama -que se mantenía oculta hace miles de años atrás- la que le entregó poderes más allá de lo conocido y le permitió detener un inminente accidente de trenes. Sin dudarlo, siguió las instrucciones de la llama para forjar su propio anillo, y jurando lealtad a su origen místico, comenzó a dedicarse por completo a luchar contra el crimen, incluso fundando y dirigiendo el primer grupo de superhéroes de la historia del cómic: La Sociedad de la Justicia de América.


Alan y su nueva JSA

Alan era un grosso. Lo mandaron a otra tierra - un Universo Paralelo junto a sus socios de la JSA- luchó contra nazis y otros terrores. Combatió en la Crisis, se enamoró de una villana (la bipolar Rosa/Espina) e incluso tuvo dos hijos héroes: Jade y Obsidian. Como campeón de la vieja escuela, otros supers más jóvenes (Superman, Batman y la Mujer Maravilla, entre otros)  buscaron su consejo y sabiduría: Scott siempre los trató con respeto y amabilidad. La personalidad del arquitecto se mantuvo comprensiva y benevolente, afectada -según revelaron luego- por la sabiduría oriental que guardaba su linterna, de la cual habría sacado ese uniforme rojo y morado, tratando de emular a un campeón de las tierras de ojos rasgados. Con los años, nuevos guionistas incluyeron el concepto del Starheart, una especie de núcleo espacial en la lámpara de Alan Scott que habría sido una inspiración para los Guardianes del Universo para crear luego a los Green Lantern Corps.


Scott y el Green lantern Corps, sin relación actual.

Oh sí. Hal Jordan, John Stewart, Guy Gardner, Kyle Rayner y los otros miles de Linternas Verdes del Corps no tienen nada que ver con el origen de Scott, sino que siguieron el camino de Jordan,  un personaje creado para la Silver Age, en un intento desesperado por refrescar a los personajes que ya estaban viejitos (The Atom, The Flash, Black Canary, Hawkman, Mister Terrific, Sandman y otros héroes de la JSA sufrieron la misma restructuración y sus nombres de héroe también pasaron a otros personajes y orígenes).  

Sin embargo, ningún miembro de la JSA estaba dispuesto a desaparecer. Siempre con Alan dirigiéndolos, fueron rejuvenecidos, raptados a otra dimensión, dados por muertos, pero como todo viejo zorro, supieron sobrevivir. Scott perdió un ojo, se rebautizó como Centinela, reagrupó una y otra vez a sus compinches de la Sociedad y hasta por un tiempo perteneció a Checkmate, una entidad espía/política que mantenía a los superhéroes en línea, ocupando un alto cargo gracias a su personalidad serena y confiable. Pero todo cambia en los cómics. La hija de Alan murió y luego resucitó, ocasionando en su padre una severa depresión. Obsidian, su otro hijo, fue orgulloso gay y se mantuvo sin salir en ningún diario durante años. Y con los años se descubriría que dentro del alma de su retoño residía un gran mal, lo que obligó a Alan Scott a volverse no solo superhéroe, sino emperador de la Luna.


Padre e hijo repartiendo combos, magia y porrazos en la Luna.
A pesar de tener personajes gays hace rato en el Universo DC, al parecer crear noticias de la nada es ejercicio de esta década: al reiniciar el nuevo DCU se estableció que todos los superhéroes han aparecido en el siglo XXI, dejando afuera de un plumazo a todos los miembros de la JSA. Duro golpe y años de continuidad derechito al tacho. Pero hey, para ellos, construyeron su propia tierra paralela-cosa que ya lo habían hecho en la Silver Age- en donde todos volvieron a ser jóvenes y recién comienzan sus aventuras de héroes. Sin hijos ni mujer, este nuevo Alan Scott tiene tabula rasa para comenzar... y que mejor pie publicitario que anunciar a los cuatro vientos su homosexualidad.

Olvida la polémica y los chistes malos. Alan Scott es un gran héroe que desde los cuarenta del siglo pasado se mantuvo dándole caña a los malos y jamás -nunca- se detuvo. Ojalá que el departamento de marketing de DC lo deje crecer para volver a ser como el mismo Mister Terrific lo calificó alguna vez : un Dios Mágico, con poderes capaces de superar a los de Superman. 

El Primer Linterna Verde, sin ser Linterna Verde.

Mantente honesto, Alan. Te han quitado tu familia, tu destino y tu legado, pero tienes una oportunidad de comenzar de cero en un nuevo mundo y en el cual, ojalá, representes a los gays de tal manera que en unos años ya no importe el género ni la preferencia sexual: porque sin importar con la tecnología que contemos para narrar nuevos cuentos, solo centrándonos en los personajes avanzaremos hacia el verdadero futuro en lo que a historietas se refiere.

EXTRA EXTRA: Revisa el origen remozado del campeón esmeralda en este Who's Who, post Crisis.

jueves, 31 de mayo de 2012

El Mes que se llevó el cómic

Ya sé lo que me dirán. Que a pesar de todo lo he dicho, casi un mes pasó y no he actualizado. Que debería guardar algunas letras para el sitio, o tirar alguna reseña guardada, aunque sea cortita. Tienen razón. pero hay muchas razones por las cuales no he podido escribir, y el resumen de todas ellas es hacer cómic.

He estado escribiendo y rotulando como loco. Desde Zombies con Mythica; hasta Mortis, con Arcano IV. He estado ploteando una historia corta para El Viudo, de Futuro Esplendor y trabajando en las Sinfonías Sencillas de Germán Valenzuela más en un par más de proyectos que aún no puedo contarles. Tuve la suerte de escribir para la gente de Tabula Rasa en ese hermosísimo libro que es Chile en Viñetas. Escribí la intro de Unlimited para un nuevo héroe, que los asombrará poquito antes o después de que lo haga Flash (reseña que escribo en este mismo momento).

Locura COMIC-CON
He rotulado un montón. Desde el bello arte de Nicolás Canales para Atómica hasta los geniales dibujos de mi partner Diego Donoso, los lápices detrás del héroe que llaman Acceso, y que se ha convertido en una bomba de trabajo y dedicación que al menos ha sido muy bien recibido, gracias a ustedes.

Entre medio, la COMIC-CON, ese torbellino de gente y pega que te obliga no solo a dedicar tiempo, sino también a mejorar, a tratar de llevar la vara aún más alto para los cientos, miles de fanáticos allá afuera que capaz se topen con alguno de esos trabajos y quieran, quizás, escribir o dibujar mil veces mejor que aquellos que salen en los créditos.

Puras excusas dirán y están en la profunda verdad. Si abres un blog tienes que actualizarlo y me he pasado de fechas. Pero ya recupero el aliento para seguir la carrera interminable. Y tengo varias cosillas de backstage, varias historias nuevas. Vuelvo al rato.

martes, 1 de mayo de 2012

El Gran Truco de Nolan

Lo confieso, fue en Tumblr donde por primera vez supe de la bizarra -pero estupendamente pensada- teoría sobre Christopher Nolan y sus películas de Batman. Haciendo un paralelo obligado con "The Prestige" (que acá conocimos como "El Gran Truco"), más de un ingenioso fanático comparó directamente los tres actos para cualquier truco de magia -que contaba en su intro y final Michael Caine- con la saga que ahora conocemos como Dark Knight.



Tres fases, tres pasos. The Pledge, the Turn y por supuesto, the Prestige. Para muchos de nosotros no fue nada más que un excelente monólogo, que dejaba redondita la película de magos y que a la vez, hacía que te replanteases todo lo anterior, un golpe de gracia mucho más sutil del que utilizaría el mismo Nolan años después para el final de "Inception", pero igual de potente.

THE PLEDGE (la promesa): Batman Begins.
Se nos presenta algo ordinario, sin mucho más: otra adaptación al cine de un superhéroe archiconocido. Tiene origen, villanos, sienta un precedente. Y léase ordinario en el sentido de común, de traer a Batman a nuestro mundo, de explicar cada una de sus elecciones y artefactos, como si pudiera existir en el mundo real. Te hace reconocerlo, inspeccionarlo... para que veas que es real, aunque probablemente no lo sea.

THE TURN (el giro): The Dark Knight.
Boom. Pasa algo. Lo ordinario ahora es extraordinario. El orden y realidad que te presentaron en la primera parte ya no vale. Que pase el Joker y su anarquía, sus asesinatos y su muerte. El héroe real se enfrenta a problemas irreales. Sus seres queridos son puestos en peligro. Su existencia, termina siendo cazada. Batman termina cansado de ser Batman... y sabemos que hay un secreto, que hay algo escondido detrás, pero simplemente no lo queremos saber todavía... queremos ser engañados.

THE PRESTIGE (el prestigio): The Dark Knight Rises
Pero como bien nos cuenta el video, lo que parece desaparecer, debe regresar. Esto ocurre en la tercera parte y final de un truco, en el momento más difícil para un artesano: donde todo lo que aprendió junto a los espectadores debe brillar. Recuerden, nosotros estamos mirando hacia la otra mano... y no tenemos idea lo que se avecina...


Díganme si -como dice cierto personaje- todo calza. Díganme que es verdad, y que Batman es el gran truco de Nolan, a punto de deslumbrar, a punto de ofrecernos un desenlace que ni los fanáticos del cómic vemos venir. Como en cualquier truco de magia. Algo que explota. Algo que se rompe. Algo que muere... o parece hacerlo.

Teorías sobre estas mismas líneas pueden encontrar por montones en internet. En el programa 7mo Vicio, sin ir más lejos, se realizó un análisis de más de diez, quince minutos sobre lo que parece la obra final de un ilusionista. Ahora tenemos nuevo trailer, una última oportunidad para ver el truco o hacernos los giles. Para mí ya está -incluso en lo diálogos que se dejan entrever- todo dicho, y el futuro de Gotham sellado. Pero seguramente me equivoco.

Recuerden los cómics. Recuerden Knightfall. Y esperen lo inesperado.

domingo, 29 de abril de 2012

Fuimos vengados

Tendría ocho, nueve años. Mi abuelo, quien ese entonces veía casi perfecto y se manejaba por las calles de Santiago como un campeón, venía a la casa para traerme regalos que encontraba en la Pablo de Rocka, esa micro eterna que existía antes de las amarillas. Eran presentitos chicos: lápices scripto (¿existen aún?), maquetas de cartón, juguetes de goma; cualquier detalle que algún charlatán lo haya convencido o que él, amable como lo es hasta el día de hoy, haya querido regalarme.

Tendría ocho, nueve años, cuando mi abuelo llegó con un libro para colorear. Traía superhéroes. Venía Spider-Man, del que era fanático (mitad por la serie de acción real, que era un bodrio pero me hacía alucinar igual y el resto por los monitos de la canción pegajosa), al Hombre Increíble (que me gustaba, pero no era tan fan), y otros héroes que no conocía. Uno tenia un martillo y un casco con alas. Otro, un escudo y estrella en el pecho. Recuerdo haberlos pintado con colores random. Al del escudo le tocó verde, y al del martillo, azul. Pasaría un poco más de tiempo para saber quien era cada uno, pero es el primer recuerdo que tengo de los Vengadores.




The Avengers, la copia de la Liga (como le decía equivocadamente cuando era nutrido desde Perfil), los héroes más poderosos del planeta. Al tiempo del regalo, el nuevo horario del colegio me permitiría ver los monos animados de cada héroe -por Pipiripao- y ese inquieto cabro chico se haría fanático de cada uno. El escudo de plástico de He-Man que usaba, por momentos sería el del Cap; y el chipote chillón, el Mjolnir. Así también, sabía que ambos y otros más se juntaban como los Superamigos, pero no cachaba cómo. Pasarían años antes de enterarme.

Hablar de los Vengadores es hablar en esencia de un plan de Marvel. Un plan de Lee, Kirby,  y principalmente de Goodman, por robarle descaradamente el sitial que tenían en DC los héroes de la Liga. Y como funcionó. Los campeones de la Casa de las Ideas, llenos de pifias y egos encontrados, daban más caña que los perfectos y apolíneos dioses de la JLA. Discutían, no solo con palabras, sino con golpes, y todo parecían solucionarlo con un poco de ingenio y muchos, muchos combos, al revés de los titanes de la Distinguida Competencia.

Los Avengers era rudos. Al grito del Capitán América, se formaban en banda y atacaban como un ejército, sin cuartel ni tregua. Vengaban, por cierto, a la humanidad, de las terribles amenazas que nacieron desde que apareció el primer villano que los unió. En los cómics fue Loki. En el cine... también.


Ahora, hablar de la película de los Vengadores para mí no es hablar de escenas ni guiones, sino que, como antes, de un plan. Y es que por más espectaculares o graciosas que le hayan salido a Whedon las decenas de momentos para recordar, el film en sí -no debemos olvidar- es un plan a largo plazo iniciado por Marvel en el 2008, con Iron Man. Recrear un universo de ficción en diferentes películas y rematarlo con un último golpe, brutal, de color verde y gamma. Hablar de la película de Avengers es hablar de planes y recuerdos, de héroes perdidos y la esencia de lo que significa ser uno.

Porque tal como le pasó al crítico de Ratatuille, para los fans, Avengers es como el momento cuando prueba el último plato y vuelve, disparado, a la niñez: a ese fantástico lugar donde todos fuimos superhéroes. Algunos podrán haberlo olvidado. Pero los que no, los que aún alimentan a ese cabro chico, disfrutarán la película sin importar los actos ni los plot points, simplemente por ver superhéroes, juntos, como nunca antes se había hecho.

Y sabes que el plan de Marvel ha funcionado perfectamente cuando sientes a la audiencia rendirse ante Hulk, cuando gritan "ooh" y "aaah" y aplauden al final o al medio, porque sin querer están dejando pasar a ese niño. Personalmente, mi momento llegó cuando Iron Man, en medio de la batalla, hace rebotar un rayo en el escudo del Cap para echarse a unos malos. Durará, que sé yo, dos segundos. Pero ahí está, un viñeta perfecta, real, viva. Joss Whedon se encarga con talento de cada uno de los protagonistas, y aunque todo tiene estética e historia demasiado Ultimate, se agradece que mantuviera el corazón ingenuo del equipo original. Luego de cientos, miles de páginas escritas sobre cada uno de los personajes, innovar cuesta y asombrar, aún más. El creador de Buffy logra ambas en un poco más de dos horas y media.


Avengers no es una película, sino una suma inmensa de recuerdos para todos aquellos perjenios que los tuvimos. Es lisa y llanamente tener ocho o nueve años y volver, después de tanto tiempo, a sentirse invencible. 

Si te gustan los superhéroes, corre, vuela al cine ahora, porque es verdad lo que dicen: por fin hemos sido vengados.

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Entérate sobre toda la historia de Marvel y los Vengadores, apretando acá.
  

lunes, 23 de abril de 2012

Le decían el Muertito.

Eran los cincuentas, y todos murmuraban su nombre. La policía nunca reconoció su existencia, pero los hechos son claros: hubo un superhéroe rondando las calles del Gran Santiago.

Que mejores párrafos para introducir al mundo de "El Viudo", el primer personaje de la factoría de historietas Futuro Esplendor y que pudimos conocer en una muestra absolutamente gratis y descargable, en su primera aventura original "Fin de Luto", de la mano de Gonzalo Oyanedel en guiones, Rodrigo Campos en lápices y Cristián Docolomansky en tintas.

Los engranajes principales de este nuevo superhéroe nacional.


No suelo hablar mucho de cómic chileno: trabajo en él y sé cuanto cuesta sacar cada viñeta y diálogo, más aún en un país donde la gente que suele leer, suele considerarlo un arte menor. No hay sacrificio pequeño en esta pega, y cada esfuerzo debe tener su espacio. Por lo mismo celebro a esta cruza entre The Spirit y Sin City, que bebe de forma inteligente desde ambas fuentes pero que, hábilmente mezclado con la historia chilena de aquella décads, fluye como si se tratara de un personaje que conocemos hace tiempo, pero que quizá -por alguna razón- habíamos olvidado.

Cada página de este pequeño prólogo está hábilmente armada, no solo para comprender el drama que convoca, sino para entregar pistas de un basto universo del cual solo captamos la punta de su bigote. Héroes, villanos y secundarios se nos son presentados con facilidad y lo más importante para un encapuchado, los ideales del protagonista, quedan claros como la lluvia que cae antes de llegar al Mapocho.

Le decían el Muertito y muchos nombres más, pero él no buscaba reconocimiento. Descarga ahora mismo la historia y sumérgete un rato en el Chile oculto que nos ofrecen los que si lo merecen, el equipo de Futuro Esplendor. 

Oyanedel, Campos, Docolomansky, bajo la dirección de Óscar Salas.

martes, 17 de abril de 2012

Marvel versus Sebas 3: Fate of Two Worlds

Fue a último minuto. 


En Unlimited había entregado la introducción lista y dispuesta para la nueva colección de cómics, la primera de Marvel, "Los Nuevos Vengadores". Emocionado estaba de abrir las puertas a un Universo de superhéroes completamente nuevo, después de que la editorial eligiera seguir el camino de DC (Batman, Superman, Linterna Verde) y en donde me había esmerado cada vez más por entregar mayor y mejor información en cada reseña.


Pero a último minuto, la gente de Unlimited me avisa que mi intro no va. Había un problema de tiempos en la entrega con Marvel y simplemente se decidió ocupar una antigua reseña, ya escrita. Penca. Bajón. Me parecía raro, casi insólito, el hecho de que no la hubiesen ocupado. ¿Había sido quizá por incluir la historia de la editorial gringa, con todos su altibajos? Sentía que era necesario que el lector captase las diferencias sutiles entre la Casa de las Ideas y DC, y su origen da una buena idea de como funcionan las cosas en ambas casas editoriales. ¿O quizá me había pasado de listo al hablar de sobremanera de Stan Lee y Jack Kirby, los creadores de los Avengers y padres putativos de todo Marvel, cuando apenas mencionaba a Bendis y Finch que eran -efectivamente- los artistas de la colección? Mala mía, lo reconozco. Mea culpa. Pero con la película a punto de salir y unos cómics con un equipo de héroes totalmente diferente al original se me hacía simplemente sensato hablar de la Dupla de Oro y como partió todo. Aunque sí. Hablé demasiado. Tanto que tuve que sacar pedazos completos para calzar con el límite.


Vengatas Unidos.


Como sea, pasó a último minuto, y luego de unos días, mi Jefe me llamó para explicar todo, y las razones eran mucho menos conspirativas y más comprensibles -lo que lamentaba, ya me sentía de SHIELD- y más de plazos de entregas y deadlines: el cómic debía salir en una fecha establecida, antes de la película, y la gente de Marvel y como ya sabrán, de Disney, no alcanzaban a aprobar mi extensivo texto vengata para darle el visto bueno antes de la fecha límite.


Lo comprendí sin rabias y pregunté si podía publicar la introducción original (*) en algún medio, y aclarar para todos los lectores y amigos que me preguntaron via twitter, mail o en persona, del asunto. Como siempre, el Jefe me dio el visto bueno y no solo eso, sino también el encargo de otra reseña que para mí es de ensueño... pero ya llegaremos a eso, Acá estamos. Hoy salió a la venta la colección de Los Nuevos Vengadores y por supuesto, escriba yo o no la intro, tú no te puedes perder ningún número, para festejar el regreso de la Casa de las Ideas a los kioscos nacionales.


Sebas


(*) Puedes leer la intro original, en el post de abajo. Y te recomiendo que tengas a la mano bebestibles y cocaví, porque es largo. Pero hey, míralo así: no solamente es la reseña de una colección de cómics, sino la historia de un nuevo universo, sus revistas y sus películas. 

Nuevos Vengadores: Introducción Original

Nuevos Vengadores
Los Héroes Más Poderosos de la Tierra
por Sebastián Castro Martínez

Llegó un día en que el caos los superó, y los superhéroes no pudieron continuar peleando por separado. Los villanos se volvieron más hábiles e inteligentes, formando amenazas desde todas las dimensiones conocidas. Había que reunirse. Había que pelear, volver con una revancha e imponer justicia donde ya parecía no había ninguna. Las fuerzas del bien, de una vez y para siempre, tenían que contraatacar… era el día de los Vengadores.
Bienvenidos sean todos al Universo Marvel.


La Casa de las Ideas

En materia superheroica, la editorial DC Comics tenía un completo control sobre el negocio estadounidense en la Edad Dorada de la historieta (1930-1949). Había creado a Superman -el primer héroe, en 1938- y sus nuevas creaciones, como Batman y Flash, se transformaban en éxitos instantáneos que dejaban a las otras compañías con poco para competirles. Por años reinaron sin mayores contratiempos, comprando o fusionándose a otras editoriales pequeñas, haciendo crecer aún más la galería de personajes que semana tras semana eran leídos por miles de lectores. Pero muy cerca de ellos, la editorial Timely (fundada en 1939 por Martin Goodman), incursionaba en el cómic creando a la primera Antorcha Humana, un androide aventurero que, para gran sorpresa, bordearía en su primera aparición casi el millón de ejemplares, convirtiéndose automáticamente en un rival directo de DC. El título de la revista de la Antorcha, sin quererlo, pasaría a ser reconocido por los fans de las historietas: se llamaba Marvel Comics.



El primer cómic de la Timely, que daría tanta, tanta caña. (Click/Zoom)

Luego de varios superhéroes con ventas regulares, el siguiente golpe de la Timely fue realmente un exitazo: en 1941 se estrena la revista del Capitán América, que amparado en la Segunda Guerra Mundial, agota inmediatamente sus ediciones y se convierte en ícono pop, con una sugerente portada en su primer número, donde el Capitán noquea de un solo golpe a Adolf Hitler. Sin embargo, DC Comics sigue creando célebres superhéroes y la Timely parece quedarse estancada en los éxitos de la guerra. En 1950, la editorial cambia su nombre por Atlas Comics, buscando una nueva personalidad con la que deja un lado a los héroes para centrarse en las historias de interés adolescente, y aunque trata de revivir a sus personajes de la Timely, lo hace sin pena ni gloria, siendo totalmente opacados por la competencia.

Pero cuando parecía todo perdido, un concepto distinto comenzaba a nacer. Mientras DC brillaba con las nuevas versiones de sus superhéroes clásicos, la idea de crear otra editorial llena de poderes y mallas –lo suficientemente original para quitarle atención a Superman y sus amigos-crecía con fuerza en las oficinas de la Timely/Atlas, y dos de los principales colaboradores de la editorial desde un principio –el talentoso escritor Stan Lee y el reconocido artista Jack Kirby- reciben la responsabilidad de crear un nuevo universo, uno que –como cábala- llevaría el nombre de la primera revista de héroes que Martin Goodman había lanzado con éxito… era la génesis de la Marvel Comics (1961).

Los Cuatro Fantásticos (1961) fueron la primera muestra de este compromiso por hacer las cosas diferentes. Los nuevos superhéroes de Marvel tenían problemas y complicaciones como humanos normales y distaban por mucho de ser perfectos: simplemente eran un grupo de conocidos que, tal como los tuyos o la míos, se encontraban en el lugar correcto, pero en el momento incorrecto. Esta contraposición de hechos y personalidades que tan bien se le daba a Stan Lee, contrastaba directamente con el arquetipo griego de los superhéroes de DC.


El Comienzo de la Silver Age: Fantastic Four #001 (Click/Zoom)


Los conceptos originales de la Marvel representaron a sus lectores como no lo habría logrado la distinguida competencia, y le valió a la editorial el legendario apodo de la “Casa de las Ideas”; un lugar donde todo podía pasar, donde debajo de una máscara vigilante podía haber un joven fotógrafo; donde un doctor se transformaría en dios nórdico y un premiado científico se convertiría en un leviatán verde si es que lo hiciesen enojar. A los superhéroes de la factoría Marvel les pesaba el hecho de ser heroicos y distaban mucho de ser invencibles, lo que fue el concepto central que reagrupa a Kirby y Lee detrás de un segundo supergrupo, uno que reúne (tal como lo hacía la Liga de la Justicia de DC Comics) a los principales protagonistas de las historietas que publicaban. En Septiembre de 1963 hacen su aparición Los Vengadores, un escuadrón de poderosos vigilantes que luchan unidos “para enfrentar a los villanos que ningún héroe podía enfrentar por sí solo”, como rezaba su lema principal. Los lectores, como no cabía duda, se dejaron llevar por el nuevo estilo que ofrecía la Marvel, lo que lleva a la editorial en una carrera meteórica que la deja a la altura de la popular DC y con la que pasan a convertirse -hasta hoy en día- en las dos principales compañías de cómics en el mundo.


El Hombre y el Rey

Dentro de este nuevo universo de aventuras comiqueras se asentarían sin mayores problemas una galería interminable de héroes impresos (hoy ampliamente reconocidos por sus películas, series de televisión y juegos), pero los que realmente transformaron a la Marvel en lo que es actualmente no fueron los personajes de sus historietas, sino las mentes y talentos que trabajaban los ladrillos en la Casa de las Ideas. La pareja que lideró esta construcción -creadores de la gran mayoría de los héroes de la editorial, incluyendo a los Vengadores- fueron los legendarios Stan “The Man” Lee en guiones y Jack “The King” Kirby”, en dibujos.

Stanley Lieber nació en 28 de Diciembre de 1922, y desde pequeño se dedicó a dos cosas: leer y escribir. Apasionado por los libros de aventuras, comenzó a escribir sus propias obras de teatro en la adolescencia y por esos favores del destino -su prima estaba casada con Martin Goodman, el editor en jefe de la Timely- cuando salió del colegio ya estaría trabajando como asistente en la editorial de cómics. Es aquí donde aprende todas las artes del oficio, con maestros como el mismo Goodman y Joe Simon (creador del Capitán América), escribiendo algunas historias cortas de los héroes de la compañía y firmando con el apodo que le duraría toda su vida: Stan Lee


La locura de Lee y Kirby desatada, llegan los X-Men (Click/Zoom)


A los 19 años, Lee ya había creado un par de superhéroes (todos de menor éxito), escrito aventuras de los otros personajes de la editorial y se había convertido en el editor de la compañía, pero pese a sus esfuerzos la Timely/Atlas no parecía avanzar. Lo cierto es que los cómics post-guerra habían desgastado al género así que no estaban teniendo buenas ventas, y lo poco que había se lo llevaba la DC Comics y sus héroes clásicos. A mediados de los cincuentas, un abatido Lee duda de su talento y considera retirarse, pero sería la misma competencia quien lo salvaría. Mientras en la otra empresa relanzaban personajes antiguos para refrescar el mercado, también agregaban un supergrupo a la ecuación: La Liga de la Justicia. Esta acción enciende las ampolletas en Martin Goodman, que le encarga a Stan crear un equipo de justicieros propio, alejado de los convencionalismos de la época. Lee no tenía nada que perder, así que usó su estilo grandilocuente para tratar de construir un equipo absolutamente diferente a lo se había publicado antes. Los Cuatro Fantásticos abren la Edad de Plata de las historietas, convirtiéndose en el primer golpe de Lee a la industria, la misma que no tardaría en recibir una paliza creativa con sus próximas creaciones, entre las cuales se cuentan: El Increíble Hulk, el Poderoso Thor, el Invencible Iron Man, los Extraordinarios X-men, Daredevil: el hombre sin miedo, el Doctor Extraño: maestro de las artes místicas, el Asombroso Hombre Araña (quien se convertiría en la insignia de la compañía) y por supuesto, los Vengadores, los Héroes más Poderosos de la Tierra, con la que reunía a varias de sus anteriores personajes.


Toda la mitología asgardiana reinventada por Wagner y adaptada por Lee y Kirby (Click/Zoom)


Afianzado como la figura pública de la compañía, Stan estuvo por más de 30 años como Editor en Jefe de la Marvel Comics y sin duda, fue uno de los principales artífices de la consolidación del cómic en la cultura popular. En la actualidad, con casi noventa años sobre el cuerpo, “El Hombre” sigue participando en las adaptaciones al cine de sus queridos personajes, posee su propia empresa de entretenimiento -en donde sigue escribiendo e inventando nuevos conceptos- y es respetado, a pesar de su gran ego y conocido acaparamiento creativo, como una de las máximas autoridades en lo que al mundo del cómic se refiere.

Y si de leyendas en el noveno arte se trata, es imposible no mencionar al segundo padre de Los Vengadores, quien sería el compañero detrás de los lápices y el diseño de las historias de Lee durante décadas. Por supuesto, hablamos de Jack “El Rey” Kirby.



Jacob Kutzberg, nacido un 18 de Agosto de 1917, era un chico pobre de Manhattan con pocos dólares en el bolsillo pero que derrochaba imaginación. Fanático de las tiras cómicas de los diarios, practicaba dibujo imitando a los caricaturistas de la época, pero siempre tenía problemas al intentar ingresar a escuelas de dibujo y arte. Sin embargo, esto no desmotivó al joven Jacob, y con el tiempo se las arreglaría para terminar trabajando en periódicos locales, haciendo tiras e ilustraciones.



Su personalidad decidida lo lleva a trabajar en el recordado Estudio Fleicher (creadores entre otros de la series animadas de Betty Boop, Popeye, hasta el mismísimo Superman) pero renuncia al poco tiempo por considerarlo, más que un arte, una fábrica. Lo que buscaba Kirby era crear y se le daría esa oportunidad gracias al boom de los cómics norteamericanos de finales de los años 30. Diversas revistas vieron su inmenso talento desenvolverse y ya dentro del negocio conoce al caricaturista Joe Simon, quien queda inmediatamente prendado de su trabajo. Simon cobija a Kirby bajo su ala, y lo convence para que participen del arriesgado proyecto de Martin Goodman, la Timely Comics.  Hacia 1941, Simon y Kirby producen su primer y trascendental superhéroe, el Capitán América, un personaje que reunía todos los valores patrióticos que se hacían indispensables en tiempos de guerra. La revista es un éxito y el héroe -al ser un soldado normal, expuesto a un experimento- se vuelve un ícono en el conflicto armado. Este primer hit -que además marca el encuentro con Stan Lee, años antes de sus épicas colaboraciones- marca una diferencia con sus anteriores trabajos, y Kirby decide, como ya lo había establecido años antes, cambiar de ritmo para seguir creando. En los años posteriores, Jack se cambia a la Editorial National (que más tarde sería DC) y diseña nuevos personajes (como el Manhunter original, los Retadores de lo Desconocido y la Legión de Voceadores), además de trabajar en distintas revistas de acción, suspenso e incluso, romance. 


Los Challengers of the Unkknown, el equipo de los Cuatro fantásticos en  DC (Click/Zoom)


El regreso total de Jack Kirby a la Marvel es justamente al lado de Stan Lee, en la ya mencionada colección de Los Cuatro Fantásticos, donde el dibujante une todas su anteriores experiencias en narrativa -incluído su paso en los Retadores de la DC- para crear algo jamás visto. Su estilo, fresco y dinámico, le valió la atención no sólo de los lectores, sino de los diferentes artistas del medio, pues encontraban que su filosofía de trabajo duro y de libertad creativa marcaba claras diferencias con lo que se había establecido hasta la fecha: eran los primeros pasos de Jack para convertirse en El Rey.



Quizá una de las características más relevantes en lo que a estilo de narración se refiere, era la dinámica que tenían Lee y Kirby para trabajar los guiones: primero era Stan quien escribía en forma de prosa lo que pasaría en cada página,sin dividirlas en viñetas ni diálogos, sino que concentrado en las acciones que los personajes realizaban, para que luego Kirby tomara este texto y lo dibujara como se le daba la gana. Esta completa libertad le daba a Jack ese sentido de autonomía creativa que siempre le acomodó y que sirvió para probar su arte con diferentes enfoques, efectos y ángulos. Una vez terminada la página, las ilustraciones volvían a la mano de Lee, quien rellenaba los diálogos según la acción de cada bocadillo. A este estilo de trabajo se le denominó el “Método Marvel”, y por años fue muy popular en la industria, ya que permitía tener a los dibujantes concentrados intentando superar las propuestas de página y le daba al guionista de turno un tiempo bastante holgado para trabajar. Era el secreto detrás del prolífico Stan, que llegó a escribir alrededor de 10 revistas mensuales, entre todas sus creaciones.



Con un ritmo de trabajo definido, nada le costó a Kirby adaptarse a las distintas ideas que el ahora famoso escritor le sugería. A los Cuatro Fantásticos se sumarían Thor, Iron Man y Hulk, además de los X-Men, y el diseño del Rey pasó por la mayoría de los héroes y villanos originales de cada colección, por más de diez años. Ni siquiera la cantidad de diferentes personajes que engendró con su pluma le dieron a basto. Jack sugería nuevas conceptos, que potenciaron aún más a la dupla dorada de la Casa de las Ideas. Incluso, se dieron el lujo de traer de vuelta a un campeón que ya no se editaba: el Capitán América volvería dentro de las páginas de Los Vengadores, un sueño que Stan Lee tuviera desde que trabajó con el personaje y que gracias a la relación de Kirby con Joe Simon, logró concretar.


Nuevos Dioses, nuevos tiranos. La épica espacial llevada al siguiente nivel por Jack Kirby (Click/Zoom)


Al comenzar los setentas, Kirby dejaría nuevamente Marvel para instalarse -otra vez- en la DC. El respeto de las casas editoriales hacia El Rey era absoluto, y lo dejaban en completa libertad para probar sus nuevas creaciones. Quizás su aporte más grande a universo de Superman fue la creación del Cuarto Mundo, un plano en donde coexistían los dioses en dos planetas eternamente en guerra, Nuevo Génesis y Apokolips, destacando la creación de Darkseid, el tirano intergaláctico. Se corrió el rumor incluso, de que el Cuarto Mundo “separado por un salto dimensional” del Universo DC como rezaban sus textos, realmente estaba ubicado en el Universo Marvel, por la continuidad de las ideas de Kirby entre una y otra compañía.

El Rey luego retornaría a la Casa de las Ideas, para seguir trabajando en el Capitán América y la creación de los Eternos, otro concepto intergaláctico con seres superiores, que se convirtió con los años en núcleo de nuevas historias, como todo su legado. Volvería a trabajar en animación y hasta crearía nuevos personajes, para finalmente fallecer el 6 de Febrero de 1994, con más de 20,000 páginas dibujadas en su carrera y millones de admiradores alrededor del mundo.




Vengadores Unidos



Si bien exploramos la historia real detrás de la Casa de las Ideas y de los mismos Vengadores, aún nos falta por conocer la leyenda ficticia que uniría al famoso equipo de superhéroes. A decir verdad, en el Universo Marvel todo marchaba perfecto con cada héroe peleando por su lado, pero todo tendría que cambiar con los viles planes de Loki, el hermanastro de Thor. Luego de ser vencido por su medio hermano, el dios del engaño tramó un intrincado plan para borrar a los buenos de un plumazo: usaría al Increíble Hulk para acabar con los demás campeones. Pero con lo que no contaba el villano asgardiano es que Thor, Iron Man, el Hombre Hormiga, la Avispa y el mismo Hombre Increíble terminarían descifrando su plan, venciéndolo en su juego y bautizándose a sí mismos como los poderosos Vengadores.


La primera portada de los Avengers, y como siempre, Loki detrás de todo . (Click/Zoom)


Tras la partida de Hulk -que perdía el control muy fácilmente- no tardaría en unirse al equipo el Capitán América, quien aparecería congelado en las frías aguas del ártico. A pesar de estar atrapado desde la Segunda Guerra Mundial, el supersoldado se adaptaría a los tiempo moderno y tomaría el rol de líder en el campo de batalla del equipo. América, junto con el dios nórdico y el Hombre de Hierro forman entonces la Trinidad Vengadora, convirtiéndose en el motor del grupo y claramente, en sus asociados más importantes.

Con los años, numerosos miembros lograron tener el honor de pertenecer a los Vengadores, incluyendo a Ojo de Halcón, un rebelde circence cuyo talento con el arco no tenía comparación; la Visión, el androide construido por el malvado Ultron que terminaría volviéndose contra su creador; la Viuda Negra, una sensual espía rusa experta en estrategia, y hasta los villanos reformados Quicksilver y la Bruja Escarlata, ambos retoños de Magneto, el archienemigo de los Hombres X. La cantidad de héroes en la parrilla vengadora superaría por mucho los cincuenta miembros y en varias ocasiones de su historial tendrían más de un grupo operando, dividiéndose por reservas, función o hasta costa geográfica.



Tendría que llegar una verdadera crisis para borrar al equipo del mapa, la que se daría en la famosa saga Vengadores Desunidos, en donde cayeron como moscas varios superhéroes que conformaban el grupo, destruyendo por completo a la Mansión Vengadora y disolviendo oficialmente la sociedad de campeones. Lo peor es que todo ocurrió de la mano de una de sus miembros: Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, quien poseída por una entidad maligna que se apodera de su cordura, logra lo que ningún villano -desde Loki- había podido hacer: eliminar a loa Vengadores.

Esta selección de historietas comienza seis meses después de ese caos, en un planeta donde el más famoso grupo de héroes ha desaparecido...




Los Vengadores de Unlimited

Cuatro serán las principales sagas de la colección que hoy tienes en las manos, las cuales están protagonizadas por una de las últimas alineaciones de los Héroes más Poderosos de la Tierra. Dentro de su parrilla, encontrarás personajes tan reconocidos como el Hombre y la Mujer Araña, Wolverine, Luke Cage, Iron Man y el Capitán América, quienes tratarán de salvar al mundo bajo un nombre que ya no existía: el de los mismos Vengadores. Escrita por el multifacético Brian Bendis y dibujada por los talentos de David Finch, Steve McNiven y Mike Deodato, es una reestructuración a toda regla de lo armado originalmente por Lee y Kirby, llevando a los superhéroes hacia terrores modernos y amenazas más cercanas.


Se escapan todos los villanos... ¿Quién podrá defendernos? (Click/Zoom)


1. Fuga
Un misterioso personaje contrata a uno de los enemigos de Spider-Man -el sobrecargado Electro- para que provoque un ataque impredecible dentro de la Balsa, la superprisión de máxima seguridad. Dentro de ella, se reunen los más desquiciados criminales sobrehumanos que pacientemente esperan venganza y que de la nada, ahora se encuentran en libertad. Pero todo el mundo fue testigo de la disolución de los Vengadores... lo que significa que actualmente no hay nadie que pueda contener este escape. Será misión del Capitán América reunir a un puñado de héroes (antiguos compañeros y otros vigilantes solitarios) en una batalla contra el tiempo y una horda de supercriminales huyendo. ¿Pero quién está detrás de la fuga masiva y que pretende? Las respuestas llevarán al improvisado grupo a encontrarse cara a cara con nuevos enemigos, en lugares que jamás habían imaginado.



2. El Vigía
Dentro de la Balsa, los Vengadores se vieron obligados a pedir la ayuda del Vigía, un ex-superhéroe con serios problemas mentales que se mantenía recluido por su propia voluntad. Ni siquiera la ayuda legal del abogado Matt Murdock -conocido en secreto como el héroe Daredevil- bastaría para convencer a Robert Reynolds (el alterego del campeón preso) de su inocencia. Pero luego de un ataque aparentemente sin conexión con este caso, los Nuevos Vengadores descubrirán el bizarro secreto detrás del origen del Vigía y el precio que tendrán que pagar para tener en sus filas al superhéroe con la fuerza de mil soles explotando. Además, harán su primera aparición los Illuminati, un misterioso grupo de personas que está detrás de los secretos mejores guardados del Universo Marvel. 


Un nuevo superhéroe en el barrio y nadie conoce su identidad... (Click/Zoom)


3. Ronin
Mientras el Capitán América intenta armar al supergrupo definitivo, en Japón se desarrolla un oscura reunión protagonizada por los diabólicos ninjas conocidos como La Mano e Hydra, la temida organización terrorista. Los Nuevos Vengadores se trasladarán a Osaka para evitar cualquier acuerdo, y terminarán en una batalla de artes marciales sin cuartel, donde serán ayudados por un hábil guerrero -recomendado por el mismo Daredevil- del que nadie tiene pistas, salvo su nombre código: Ronin. Y por si este misterio no fuese suficiente, todo indica que uno de los mismos Vengadores es un traidor y está trabajando como un doble agente, pero... ¿está fingiendo o realmente es un malvado? 



4.- El Colectivo
Los Nuevos Vengadores han visto al mundo cambiar. Ahora son conocidos en el mundo entero, pero aún así no pudieron detener el desastre conocido como la “Dinastía de M”, una crisis producida en la isla de Genosha -donde residían la mayoría de los mutantes, como los Hombres X- y que terminó con la extinción casi absoluta del homo superior, quitándole los poderes a gran parte de ellos. Después de ser millones, ahora los mutantes son apenas decenas, y por si fuera poco, los residuos de todos esos poderes están golpeando a la Tierra con fuerza. Todo empeorará cuando estos residuos encuentren un anfitrión, un ser con caóticos objetivos que se autodenominará como el Colectivo. Vengadores y mutantes tendrán que hacerle frente a esta amenaza antes de que sea tarde para el resto del mundo...