jueves, 11 de julio de 2013

El legado de Percy: Pepe Antártico

Ha fallecido Percy Eaglehurst Ramos, otro de los historietistas insignes de Chile, llevándose el legado del más querido de los caraduras: Pepe Antártico. A sus 92 años, el artista seguía trabajando en el Diario LA Cuarta, y hasta el día de hoy, se seguían publicando sus picarescas tiras.

Percy y Pepe, no sólo son piezas infaltables en el cómic nacional, sino también parte del imaginario colectivo y la idiosincracia chilena, que siempre seguirá tras los pasos del balsa primigenio, el caradura legendario: el Antártico original.

Como homenaje a su legado, los invito a releer la extensa biografía que escribí para la colección de Pepe, editada por Unlimited, con un repaso por la picaresca de antaño y sus múltiples adaptaciones.

Adiós, Maestro.

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Pepe Antártico: El Sinvergüenza más querido de Chile.


Les llaman vivarachos. Pillos. Caraduras. Existen desde tiempos inmemoriales en el ADN nacional, siempre inventando una excusa para salir del paso, dedicando piropos a las más exuberantes mujeres o sacando fiestas instantáneas desde debajo de la manga. El más reconocido de todos ellos nació en el noveno arte. Ésta es la historia de Pepe Antártico.


Acerca de los Sinvergüenzas

Los invito a un juego. Lean despacio el título de esta introducción y traten de no imaginarse a alguien. Vamos, hagan la prueba. ¿Ya trataron? Es casi imposible: todos conocemos, por lo menos, a un par de pillos al que el seudónimo les calza perfecto. Los sinvergüenzas se pasean por las calles de nuestro país a sus anchas, con diferentes edades, caras, sexos y estratos económicos. Los hallamos en nuestras escuelas, trabajos y televisores; nos los encontramos inclusive en nuestra propia casa. No logramos nada con mentirnos: muchas veces en el espejo encontramos la imagen de un sinvergüenza esperando a salir; esa parte del cerebro que quiere ir a por todas sin importar las consecuencias y que hará cualquier cosa para salir del paso y conseguirlo. El verdadero caradura es un sobreviviente, un soldado social: lejos de ocupar una connotación negativa, es una parte vital de como los chilenos reaccionamos a nuestro entorno.

La Historieta Picaresca en Chile

En la década de los veinte el entorno era diametralmente opuesto al que vivimos hoy, rodeados de sobre información y sugerentes imágenes. Sin embargo, el alma pirata del sinvergüenza chileno sólo buscaba un buen medio por el cual salir a escena. En 1923, se imprime “Mi Kits, humor y picardía”, publicación semanal que superaría los veinte ejemplares. Tendrían que pasar más diez años para dar espacio a “Sex Appeal” de 1939. Ambas publicaciones contaban con ilustraciones de bellas mujeres y chistes ilustrados de doble sentido.



Una vez llegada la década de los cuarenta, la sugerentes imágenes del Pin-Up estadounidense –tendencia que retrataba a voluptuosas chicas con un estilo coqueto- se habían esparcido por el mundo debido a la Segunda Guerra Mundial y generan a nivel mundial un “revival” de estas historietas, pensadas para un público derechamente más adulto que el que consumía cómics de acción y aventura. Algunos ejemplos concretos de la época son “Rico Tipo” (exitoso cómic argentino) y “Pobre Diablo” (la infaltable versión nacional), las cuales fueron ilustrados por los mejores dibujantes de la época. Diversos personajes surgieron en esas páginas, generando gran éxito y lectores fieles. Por esta razón, muchos diarios de la época abrieron una oportunidad para que los ilustradores pudieran continuar sus trabajos en secciones especiales de sus tabloides, aprovechando el boom del movimiento. Terminaba aquella década y en uno de estos periódicos –el diario Última Hora- trabajaba dibujando un universitario de nombre Percy Eaglehurst, sin saber que estaría a punto de convertirse en una leyenda de la historieta nacional…

Los Orígenes de Percy



Pero nos estamos adelantando en la historia de este legendario caricaturista, y para revisar el origen de Antártico, hay que retroceder unas decenas de años atrás, donde comienza la cadena de eventos y coincidencias que más tarde culminarían con el génesis del personaje. Mucho antes de que Percy siquiera naciera, su padre –el galés Walter M. Eaglehurst- se quedó varado en Uruguay, sin poder embarcarse de vuelta hacia Europa. ¿La razón? La Primera Guerra Mundial estallaba con furia, y un buque alemán les tapaba el regreso hacia el viejo continente. A la tripulación de Walter se les recomendó entonces que buscaran trabajo en Sudamérica, y el padre de Percy –que contaba con estudios de ingeniero- partió hacia Argentina. Quizás ahí se hubiera quedado de no ser porque se enteró de que al otro lado de la cordillera se estaba gestando un paraíso de oro blanco. El padre del caricaturista no lo pensó dos veces, y se instaló en el norte de Chile trabajando en el medio de la pampa salitrera. Ahí conocería a Telésfora Ramos, la hija menor de su jefe, con la que iniciaría un romance que terminaría en matrimonio. En 1922 nacería en Antofagasta el cuarto hijo de la pareja, Percy Eaglehurst Ramos, quien desde pequeño tendría la pasión del dibujo y el arte en general. 



Al pasar los años, el joven Percy aún no encontraba su lugar y aunque su padre lo visualizaba como un ingeniero igual a él, su retoño –quien no compartía el cariño por los números ni las matemáticas- tenía otras ideas: apenas terminó el colegio se vino a Santiago a estudiar Construcción Civil, pero al año dejaría el ramo por Educación Física. Percy tampoco encontró su camino en el ejercicio, y dedicó dos años para estudiar en el Bellas Artes. Finalmente, esa experiencia lo prepararía para el Pedagógico Técnico de la Universidad de Chile, desde donde se titularía como profesor de dibujo y publicidad. Paralelo a esto, el universitario Percy participaría de manera frecuente en revistas e historietas que se publicaban en la capital, tales como “Topaze”, “El Cabrito”, “Pollo Tejada” y “El Día”, entre otros. El humor y lo picaresco estaba publicándose con mucha fuerza y Percy aprovecharía una increíble oportunidad para construir a su inolvidable personaje.

La Corta vida de José Fresco

Por el año 1947, el diario Última Hora publicaba las aventuras del “Doctor Pacomio”, una tira argentina cuya versión chilena (“El Otro yo del Doctor Merengue”) tenía un humilde éxito. Por distintos problemas diplomáticos entre las naciones trasandinas, el periódico se quedó sin tira cómica, y había que rellenarla, urgentemente, con algo nuevo.



A Percy -que ejercía en ese entonces como dibujante periodístico- se le encargó crear un personaje en la misma línea del doctor, pero con un carisma más autóctono: un tipo astuto, fresco y deslenguado, canchero pero sin caer en el reconocido arquetipo del roto chileno ni del huaso, que ya tenía representantes claros en las viñetas. Percy, con 25 años, tuvo la tarea de desentrañar al chileno de clase media, un personaje común y corriente que reflejara una parte de nuestra idiosincrasia, sin caer en la vulgaridad. No podía ser un tipo triste, amargado, ni con mala suerte, sino al contrario: para Percy era necesario que tuviera una alegría y humor a flor de piel, que fuera siempre curioso y por lo mismo, un eterno intruso. De a poco, el caricaturista fue armando a este adorable sinvergüenza con un singular apetito por el género femenino. Luego de darle un par de vueltas, un nombre surgió de forma natural: José Fresco. Y tal vez hubiera sido el nombre con el cual se hubiera publicado finalmente, sino fuera por la noticia estrella de aquella época: Gabriel González Videla, Jefe de Estado por esos años, aparecía en todas las noticias con el sobrenombre de “el Presidente Antártico”, celebrando la posesión chilena en las blancas tierras del sur. Para Percy quedó todo claro. Cambió el apellido del personaje y al presentarlo en el periódico, su editor haría la otra parte, acortando José con el diminutivo que todos conocemos: había nacido el gran Pepe Antártico.

Construyendo a Pepe Antártico

Sin lugar a dudas, una parte vital del personaje es su particular apariencia. La característica más visible es su inmensa nariz. Percy lo hizo con su qué: como todo intruso Pepe Antártico iba a meter las narices incluso donde no lo llamaran. Dueño de un jopo clásico para la época y vestido originalmente con un traje a rayas, contaba con una bajísima estatura, que lo dejaba a la altura exacta para disfrutar de los encantos femeninos.



La preferencia de Antártico no tiene límites: le gustan las mujeres bellas y exuberantes, pero si tiene problemas, utilizará su vocabulario e ingenio hasta para convencer a algunas de no tan afortunado aspecto, siempre que pueda conseguir algún beneficio de ello. El pequeño Don Juan no es joven tampoco, pero la edad no lo ha convertido en un hombre responsable: suele meterse en problemas imposibles de los cuales –muchas veces- no sabe como salir. A pesar de su tamaño y narizota, parece disfrutar de un éxito más que respetable entre las féminas, pero si sus avances sobre ellas no son bien recibidos, puede terminar con algún ojo morado. Sus legendarios métodos de conquista no son detenidos ni siquiera por las mujeres casadas y sus armas de seducción son su gran humor, ingenio y frases con doble sentido. Pepe Antártico es el terror de los maridos, quienes temen encontrarse en cualquier momento al clásico jopo dentro de su lecho marital. 

Una y otra vez ha defendido Percy a su personaje de algunos malintencionados que consideran que Antártico incita al adulterio, lo que por supuesto, resulta falso. Las aventuras de Pepe, como toda buena caricatura, son una exageración de la realidad y todas las infidelidades que muestra son justamente para reírnos de nosotros mismos, tanto solteros como emparejados.

Es esta visión picaresca de la realidad la que hace que este pequeño galán tenga tanto éxito entre las damas, además de entregarle todos los disfraces concebibles (abogado, doctor, policía, explorador, vaquero entre otros), con la sola idea de divertir al lector en diferentes situaciones.


La Trayectoria de un Conquistador

Demás está decir que el éxito de las historias de Pepe Antártico lo han convertido en uno de los personajes con el recorrido más largo dentro de las viñetas nacionales. Luego de sus comienzos en las tiras de Última Hora, a finales de 1952 el caradura creado por Percy pasaría a publicarse periódicamente en el diario La Tercera, donde se radicaría por los próximos 40 años. En ese tabloide compartiría durante un tiempo un suplemento dominical con grandes personajes del cómic internacional, como “El Fantasma” y “Mandrake el Mago”. A mediados de los años noventa, la carrera de Pepe en las tiras diarias se cambiaría a La Cuarta, donde se mantiene hasta el día de hoy, tan vigente como en 1947. 



Aparte de publicarse en periódicos, Percy y su personaje probaron suerte en las revistas. El año 1951 saldría a la venta “Risas de Pepe Antártico”, que contaba con la recopilación de algunas tiras clásicas y alcanzaría un poco más de una decena de números. Casi al terminar la misma década, se publicaría “Pepe Antártico, el Agente 0096”, que continuaría por algunos números. Luego, durante un periodo que abarcó el final de los sesentas y la mitad de los setentas, nuestro sinvergüenza favorito contaría con una revista propia – “Pepe Antártico”-, con un tono más adulto, en donde figurarían ilustraciones de varios dibujantes, extendiendo sus tiras cómicas a relatos, aventuras y chistes varios. Además, incluirían recopilaciones del trabajo anterior de Percy junto con sugerentes fotos de modelos, en las cuales se dibujaba a Antártico a modo de entrevistador. La revista haría un pequeño retorno en la década de los ochentas, pero desapareció luego de un par de ejemplares. Finalmente hoy, luego de una larga espera, el pícaro del jopo vuelve en gloria y majestad a todos los quioscos.

Reconocimientos y Adaptaciones Antárticas

No sólo de revistas y diarios vive Pepe Antártico. Su difusión ha sido tal que sus aventuras se han visto traducidas a múltiples idiomas, e incluso han sido adaptadas por distintos medios. Tuvo sus cortos animados, su representación en el “Jappening con Ja” (interpretado por Patricio Torres)) y hasta una película directa al video protagonizada por el humorista Chicho Azúa. El 2007 se inauguró un monumento de Antártico en el Parque del Cómic, ubicado en la comuna de San Miguel, en Santiago.



Percy, por su parte, cuanta con cientos de distinciones nacionales e internacionales. Visitó los estudios de Walt Disney por una invitación personal de dos semanas, obtuvo el primer premio en el Concurso Teatral de 1958; fue el Premio Nacional de Periodismo –mención dibujo- en 1969 y también obtuvo el Premio Nacional de Tránsito en 1980. Por si fuera poco, Percy es profesor honorario en la Universidad Alcalá de Henares, la más antigua del mundo.

Luego de 64 años de éxitos, el camino sigue claro para Pepe y Percy: seguir sacando sonrisas mientras inspiran diariamente a ese querido sinvergüenza que todos los lectores llevamos dentro.



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